Cambiar de aires nunca fue fácil. Sobre todo cuando llegas a una ciudad nueva y descubres que estás en el sitio equivocado en el momento equivocado.
¿Quién mandaría a Delia ir a estudiar lejos de su casa? Eso mismo se pregunta ella cuando se ve inmersa en un secreto que nada tenía que ver con su vida, hasta ahora.
Ya es tarde. No hay marcha atrás.
Una universitaria asustadiza, un italiano loco y una catedral tan bella como terrorífica son los ingredientes de esta historia cuyo final es impredecible.
¡Descubre el secreto que esconden estas páginas!
Allá voy con la segunda reseña que le hago a la escritora Emma Maldonado. Después de haber leído El Pozo de los Deseos, la verdad es que me quedé con las ganas de seguir conociendo su pluma. Y si el anterior libro lo intercambié por El presagio de Horus, Las sombras de la catedral me llegó a la vez que ella recogía El presagio de Horus: Legado. ¿Que qué tal me ha ido en esta nueva lectura de Emma? Pues me ha vuelto a sorprender.
Con El Pozo de los Deseos os contaba que disfruté mucho con la historia y que consideraba que derribaba varios de los clichés asociados a la novela juvenil, y Las sombras de la catedral no se queda atrás. Y es que, con su forma de narrar sencilla y cercana, así como con la manera de construir personajes creíbles, me ha tenido enganchada a la lectura. Pero no quiero adelantar acontecimientos.
Vuelvo a comenzar con los personajes.
Delia. Nos encontramos con una chica de pueblo que, al comenzar el primer curso de la universidad, tiene que trasladarse a la ciudad. Allí no solo no conoce a nadie, sino que la carrera elegida —Historia— tampoco es que le entusiasme demasiado; si está allí es básicamente por sus padres. A pesar de ello, la muchacha decide darle una oportunidad a la que se convertirá en su nueva vida. Pero ¿está cometiendo un error? Al fin y al cabo, no tiene mucho mundo, su orientación deja bastante que desear y se asusta con facilidad. Parece un buen cóctel para atraer los problemas, ¿verdad? Efectivamente, eso es lo que ocurre.
Por otro lado, encontramos a Michel, un italiano que pondrá patas arriba la vida de Delia. Para mayor precisión, un italiano loco, empleando las reiteradas palabras de su protagonista. Ha sido, sin duda, mi personaje favorito de esta historia. Es cierto que su comportamiento era, casi en todo momento, desconcertante cuanto menos. De hecho, nos podemos ver tan sorprendidos como Delia ante muchas de sus reacciones y comportamientos. Sin embargo, y como no podía ser de otra manera, existe un motivo de peso detrás. Y vaya motivo...
Y es que ambos tendrán que enfrentarse a un misterio que, lejos de ajustarse a las ideas que se iban formando en mi cabeza conforme leía, rescata una lacra del pasado extinta desde hace siglos. O eso creían los personajes de Las sombras de la catedral. Se ven inmersos en investigaciones relacionadas con el mundo medieval, desapariciones, rostros falsos que esconden verdades terroríficas, actos inhumanos capaces de causar escalofríos hasta a las voluntades más férreas. Todo ello en la oscuridad pero a plena luz del día. ¿Cómo saber en quién se puede confiar? ¿Cómo enfrentarse a un enemigo oculto durante cientos de años con la única certeza de que no se lo puedes contar a nadie?
A lo largo de la trama, otros personajes también reclamarán su importancia.
Yolanda y Jorge, una pareja también muy ligada a la universidad, se encontrarán entre los amigos de los protagonistas. Sin embargo, a lo largo de las páginas veremos que no es oro todo lo que reluce y que los rayos de luz son posibles en el interior de una oscuridad manifiesta.
Damián. Amigo de Delia. Un tipo más bueno que el pan (según las descripciones, en varios sentidos) que siempre se ha mantenido junto a la protagonista, incluso después de que esta realizara acciones... poco éticas con respecto a cierto sentido de la propiedad. Creo que este personaje podría haber sido explotado un poco más y dado más de sí, o es mi impresión al quedarme con las ganas de seguir conociéndolo. Más bien es lo que a mí me habría gustado.
La profesora Lola Hernández, a pesar de tu actitud arisca desde un principio, me parece destacable por razones obvias. Se trata de un personaje muy necesario con el que, contra todo pronóstico vista su primera aparición, terminé empatizando.
La narración me ha parecido bastante apropiada y me he encontrado con Emma en las líneas, haciendo memoria con respecto a El Pozo de los Deseos. De este modo, presenciamos toda la trama desde el punto de vista de Delia, en primera persona. Un lenguaje cercano, cotidiano, que aproxima a los lectores a esa chica recién lanzada a una ciudad que no es la suya y que se encuentra con que su primer año en la universidad es más movido que el de las personas promedio. Esto también nos ayuda a internarnos en su mente de un modo más personal, en especial, con lo que a sus escarceos amorosos (y no tan amorosos) respecta.
Continuando con Delia, un aspecto que me ha gustado bastante de esta chica es que queda lejos de cumplir el cliché de heroína intachable. Tiene imperfecciones, y unas cuantas (¿quién no?), y actúa en consecuencia. Por ejemplo, si no ha cogido un arma en su puñetera vida, es de esperar que no solo se sienta insegura en su manejo, sino que además su puntería no sea la mejor. Y no solo eso: tampoco se encuentra a gusto con una máquina de matar entre las manos si esa nunca ha sido su naturaleza. Este es un ejemplo del buen trabajo que, desde mi punto de vista, ha hecho Emma con la creación de unos personajes naturales, congruentes y creíbles.
En cuanto a aspectos más cuestionables, lo son desde un punto de vista subjetivo (por no hacer spoiler, ciertas reacciones o acontecimientos). Sin embargo, también he de decir que se lo comenté a la autora y ella me dio unas explicaciones que me dejaron satisfecha. ¡Qué voy a hacer! Mi propio cerebro creador de historias y mi interés por la psicología me hacen pensar en ciertos detalles que pueden no ser igual de importantes para otras personas.
¿Veredicto final? Si os gustan las novelas de misterio con cierto componente juvenil o young adult (al menos, desde mi punto de vista), recomendada 100%. Y, si no sois de ese género, recomendada también: déjate atrapar por las incógnitas de una catedral que es de todo menos corriente.
Imagen: hdfondos |
A lo largo de la trama, otros personajes también reclamarán su importancia.
Yolanda y Jorge, una pareja también muy ligada a la universidad, se encontrarán entre los amigos de los protagonistas. Sin embargo, a lo largo de las páginas veremos que no es oro todo lo que reluce y que los rayos de luz son posibles en el interior de una oscuridad manifiesta.
Damián. Amigo de Delia. Un tipo más bueno que el pan (según las descripciones, en varios sentidos) que siempre se ha mantenido junto a la protagonista, incluso después de que esta realizara acciones... poco éticas con respecto a cierto sentido de la propiedad. Creo que este personaje podría haber sido explotado un poco más y dado más de sí, o es mi impresión al quedarme con las ganas de seguir conociéndolo. Más bien es lo que a mí me habría gustado.
La profesora Lola Hernández, a pesar de tu actitud arisca desde un principio, me parece destacable por razones obvias. Se trata de un personaje muy necesario con el que, contra todo pronóstico vista su primera aparición, terminé empatizando.
La narración me ha parecido bastante apropiada y me he encontrado con Emma en las líneas, haciendo memoria con respecto a El Pozo de los Deseos. De este modo, presenciamos toda la trama desde el punto de vista de Delia, en primera persona. Un lenguaje cercano, cotidiano, que aproxima a los lectores a esa chica recién lanzada a una ciudad que no es la suya y que se encuentra con que su primer año en la universidad es más movido que el de las personas promedio. Esto también nos ayuda a internarnos en su mente de un modo más personal, en especial, con lo que a sus escarceos amorosos (y no tan amorosos) respecta.
Imagen: Wikipedia (Greg O'Beirne) |
En cuanto a aspectos más cuestionables, lo son desde un punto de vista subjetivo (por no hacer spoiler, ciertas reacciones o acontecimientos). Sin embargo, también he de decir que se lo comenté a la autora y ella me dio unas explicaciones que me dejaron satisfecha. ¡Qué voy a hacer! Mi propio cerebro creador de historias y mi interés por la psicología me hacen pensar en ciertos detalles que pueden no ser igual de importantes para otras personas.
¿Veredicto final? Si os gustan las novelas de misterio con cierto componente juvenil o young adult (al menos, desde mi punto de vista), recomendada 100%. Y, si no sois de ese género, recomendada también: déjate atrapar por las incógnitas de una catedral que es de todo menos corriente.
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